Tradicionalmente se ha promovido la importancia del estudio y la obtención de títulos profesionales a fin de acceder a un trabajo de calidad que asegure no solo un sueldo atractivo, sino una estabilidad laboral y social, que le permita a cada individuo tener la posibilidad de realizar planes estables a futuro.
Y si el objetivo es trabajar por cuenta ajena, a los que promueven este enfoque no les falta razón, ya que, según la última actualización de las “Series De Capital Humano” publicada en el 2013 por el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y la fundación Bancaja, las personas con títulos formativos poseen condiciones de empleabilidad mejores y sueldos más altos con respecto a las personas con estudio medio o sin estudio alguno.
Sin embargo, si lo aplicamos en el mundo del emprendimiento las cosas funcionan diferente. En él, una carrera universitaria, un título, tener mucho dinero, o una vasta experiencia en el mundo de los negocios ayuda, pero no garantiza la creación y desarrollo de una idea exitosa.
La clave al éxito está en ti
Hay puntos esenciales que se deben revisar cuando se busca que modelo de negocio es el ideal para cada uno. Estos son:
- La autoevaluación
- Encontrar una idea y confirmar que esta podría traerte beneficios.
- Estudiar el comportamiento del mercado; ¿a quienes o a donde te quieras dirigir?
- La retroalimentación
1.Primero autoevalúate
Si tu motivación solo es alcanzar una seguridad financiera, quizas lo mejor sea enfocarse en hallar un trabajo tradicional. Emprender es encontrar la libertad financiera al empezar algo nuevo y desde cero. Es esforzarse 24/7 hasta que se pueden obtener buenos resultados. Por eso, debes realizar un análisis propio que contenga estas preguntas. Sé completamente honesto con cada una de tus respuestas, ya que estas supondrán los cimientos de todo tu desarrollo como emprendedor.
¿Qué habilidades y experiencia posees?
Tus conocimientos (talentos, experiencias y pasiones) son tu principal activo. Reconoce aquello en donde destacas más que el resto, y luego piensa en maneras que te permitan dedicarte a eso, o en áreas en las que puedas sacarle más provecho.
Por ejemplo, si fuiste jugador activo de algún deporte, tal vez cuentes con la capacidad de entrenar a jugadores emergentes, abrir un centro de entrenamiento o tal vez abrir una tienda que venda indumentarias y equipos deportivos.
¿Qué recursos tengo a mi disposición?
Compañeros, amigos o familiares son tu segundo mayor activo. Encuentra a todo aquel que tenga disposición de brindarte apoyo educativo, emocional o económico en tu proceso, así el camino se tornará menos complicado. Eso sí, recuerda plasmar bien las reglas antes de comenzar, para que no existan conflictos a futuro. Además, cerciórate de que su ayuda será bien recompensada.
¿Qué te apasiona?
Si hay algún producto que puedas vendar que se correlacione con tus pasatiempos, áreas de interés o que resuelva alguna frustración que tú también compartas, ve por él. Sentirse cómodo y entusiasmado con lo que ofreces te brindará perseverancia y buena actitud.
¿Cuánto capital tengo y cuánto necesito?
Empezar dando pequeños resultados sin necesidad de tener que realizar una gran inversión es más que suficiente. El castillo se construye piedra por piedra. También piensa en las posibilidades de financiamiento con las que podrías contar de ser necesario.
2.Encuentra una idea y confirma si trae beneficios
Hay varias estrategias que puedes utilizar para generar ideas de negocio que se adapten a ti. Prueba al menos una de las siguientes:
Intenta estar siempre un paso adelante
Observa qué temas son tendencias, o qué tecnología está a punto de llegar al mercado. Estudia su progresión y su aceptación, y tal vez encuentres una ventaja que te permita idear un negocio que pueda satisfacer los gustos y preferencias venideros de los consumidores. Recuerda que mientras todos oíamos música en el walkman o el discman, ya había alguien pensando en el iPod.
Resuelve un problema
Identifica algún problema que te incomode o que aquejen personas o empresas de tu localidad, y luego elabora un negocio, un servicio o producto que capaz de resolverlo.
Por ejemplo, si identificas un problema de falta de seguridad en tu zona, podrías abrir una escuela de defensa personal, o montar algún negocio dedicado a la venta de dispositivos de vigilancia.
Rellena los vacíos
Realiza tu investigación, visualiza si existe algún producto o servicio que otros negocios no ofrezcan y que, por su grado de innovación y originalidad podría traer una excelente aceptación entre los consumidores, creando así una nueva necesidad o deseo en ellos.
Aunque parezca que todo está inventado, siempre hay pequeños segmentos con necesidades que cubrir. Digamos por ejemplo que puedes pensar en algún servicio que pueda ser brindado a través de una aplicación móvil que no exista en el mercado.
Haz una versión más accesible de aquello que muchos buscan
Todos queremos lo más nuevo, lo más caro, lo mejor de cada cosa. Pero la verdad es que solo muy pocos pueden tener lo mejor de todo. Por eso, vemos cómo cada vez se hacen productos que atacan la misma necesidad o mantienen el mismo estilo o concepto, pero a un precio que muchos pueden permitirse. No hablamos de piratear o copiar a las grandes marcas, sino de crear soluciones para un mercado amplio.
Renueva lo que no se ha renovado en mucho tiempo
Usa tus habilidades, conocimientos y/o experiencias y encuentra en algún producto en específico alguna debilidad. A partir de ella, crea una idea que te permita agregarle algo que los haga mejores, diferentes del resto. Una versión de sí mismo más compatible con la vida de hoy.
Tal vez se pueda fabricar un producto con insumos de mayor calidad o con un diseño más moderno; quizá ofrecer un servicio que se pueda brindar de forma más efectiva y a un precio menor.
Escucha a los consumidores
Hablar directamente con los compradores te dará una gran ventaja. Escuchar sus intereses, sus deseos y sus insatisfacciones es una buena fuente de información productiva para generar una idea que se relacione con alguna necesidad latente.
Mezcla y crea
Une productos e ideas que llamen tu atención hasta obtener un nuevo producto o experiencia. Esta alternativa es la última mencionada porque las posibilidades son infinitas y quizás al principio pueden ser un fracaso, pero sí puede surgir algo innovador.
3.Estudia el comportamiento del mercado. ¿A quiénes o a dónde te quieras dirigir?
Visita zonas comerciales, plantea pequeñas entrevistas o encuestas presenciales o telefónicas a amigos, familiares, conocidos o a cualquiera. Analiza estadísticas o informes de mercado disponibles y actualizados. Consulta una amplia red de recursos que te permitan identificar:
- Potenciales competidores o socios dentro del mercado.
- Los objetivos que necesitas alcanzar.
- Qué le mejorarían a un producto o servicio dentro del nicho que buscas explorar.
- Qué factores consideran antes de comprar/contratar a tu competidor inmediato.
Dedícale gran tiempo a la investigación. Nútrete de información en las siguientes áreas para encaminar tu idea:
- Los productos que tengan mayor demanda, pero que aún no poseen mucha competencia u oferta.
- Lo más solicitados o buscados, o que siempre buscan, pero pocas veces encuentran.
- Servicios que a las personas les gustaría que existieran, pero que aún nadie ha creado
- Aquellos productos obsoletos, que puedan ser renovados y relanzados con una gran tasa de aceptación.
- Negocios que pondrían otras personas, pero por tiempo y recursos no pueden.
- Negocios más rentables o que tendrían un éxito inmediato, o en un futuro muy cercano.
4.Consigue retroalimentación
Si para este paso ya tienes en mente varias ideas de negocio, lo mejor que puedes hacer es presentarle un esquema de cada uno de ellos a personas de confianza. Esto te dará la oportunidad de conocer su aceptación. Además, detectar posibles errores que puedas haber pasado por alto y corregirlos antes de su materialización.
Registra las respuestas con gran interés y detalle, aunque no siempre sean lo que quieres escuchar, e intenta realizar todas las preguntas necesarias que te ayuden a tomar la decisión final sobre cuál idea tomar.
Hay ejemplos de sobra que demuestran que cualquier persona tiene la capacidad de emprender. Y aunque ciertamente una profesión o un estudio especializado puede aportar cierto conocimiento adicional, no es un requisito indispensable para tener éxito como empresario. Alcanzarlo dependerá en gran manera del tiempo, de la creatividad y del esfuerzo que deposites en cada uno de tus proyectos.